El uso de la tecnología en educación genera un debate abierto entre las personas que están a favor y las que estamos en contra. Pero vamos a analizar únicamente desde nuestro punto de vista como educadores…
Hoy en día vivimos en un mundo que está rodeado de tecnología; en casi todas las actividades que realizamos a diario está implicada. Gracias a ella el ser humano puede estar interconectado, resolver problemas, satisfacer sus necesidades, disminuir esfuerzos físicos y psíquicos e incrementar su calidad de vida. Es cierto que nos aporta beneficios pero si nos centramos en la etapa infantil, desde los 0 a los 6 años de edad, puede que no sea tan beneficiosa.

Nuestros hijos NO aprenden de forma distinta por haber nacido en la era digital. El cerebro funciona igual que hace 200 años. La mente absorbente del niño absorbe todo aquello que se encuentra a su paso sin discriminar, ni seleccionar.
¿Qué necesitan nuestros hijos en su primera etapa infantil?
Necesitan experiencias sensoriales donde puedan aprender de la realidad que les rodea, necesitan relaciones interpersonales, contacto con la belleza, con la naturaleza, con la sensibilidad, la empatía, espíritu atento, educar sus sentidos y refinar sus percepciones. Hay que darles la oportunidad de conocer y explorar su entorno, desarrollarse tanto física como psíquicamente gracias a las vivencias del día a día.

Puntos importantes a tomar en cuenta:
- El niño hiperestimulado está acostumbrado a tener unos niveles cada vez más intensos de estímulos, el umbral de las sensaciones sube y el niño demanda sensaciones nuevas e intensas con mayor rapidez. Con el uso de la tecnología existe una gratificación y satisfacción inmediata, por lo que el niño será “insaciable”, se verá frustrado, disminuirá la tolerancia y la paciencia.
- Todo el tiempo que los niños pasan sentados delante de una pantalla se está supliendo la actividad física que podrían hacer en ese tiempo. Para desarrollarse en su máximo potencial deben tener la oportunidad de gatear, andar, escalar, subir y bajar escaleras, manipular, experimentar, para así desarrollar la coordinación de movimientos y fomentar la producción de las conexiones neuronales. El movimiento es vida. La tecnología está relacionada directamente con el sedentarismo y como consecuencia la obesidad.
- El constante contacto con la tecnología también limita la práctica y desarrollo del lenguaje. Cuando un niño está delante de una pantalla, no tiene la necesidad de hablar, desarrollar habilidades de comunicación y practicar su vocalización, además es fundamental en esta etapa que puedan recibir información e interpretar el lenguaje no verbal y corporal, interactuando con la sociedad.
- Por otro lado la percepción espacial se ve afectada, al ver todo desde una pantalla, dificulta el cálculo de distancias y obstaculiza el desarrollo de la visión espacial que en esta etapa deben desarrollar.
La hiperestimulación tecnológica en los niños está generando un gran problema de falta de atención en las aulas

sEstá claro que en la primera infancia las principales asociaciones académicas recomiendan, por motivos de salud pública, que los niños de menos de dos años no vean pantallas y que los niños de entre 2 y 5 años no vean más de una hora al día. En esas edades, los estudios hablan de más perjuicios que beneficios:
inatención, reducción del vocabulario, impulsividad, déficit de realidad, pérdida de oportunidad de interacción humana, miopía, obesidad, dificultades en las relaciones interpersonales, etc…
Por este motivo debemos hacer un uso responsable de las pantallas ya que los niños van a interiorizar todo aquello que le transmiten, sea bueno o malo, beneficioso o perjudicial para su desarrollo.
La doctora Montanaro, discípula de María Montessori decía “las pantallas son una máquina de anti-experiencia y de anti-aprendizaje. Le hacen creer a uno que viven, pero realmente están viendo pasivamente lo que otros quieren que veamos”.
Los niños se ven privados del “aprender haciendo” experiencias fundamentales y necesarias para establecer el crecimiento cognitivo y psicológico básico que los sostendrá durante toda la actividad de su vida futura.
Debemos hacer que el niño vuelva a conectar con la realidad, y somos conscientes de que es un proceso lento y duro.
¿Pensáis que se puede enseñar a un niño un uso responsable con el dispositivo en mano cuando aún no es capaz de gestionar su libertad?
Además de estas cuestiones que planteamos a nivel cognitivo, está la parte de los efectos que produce la exposición a los niveles de radiación no ionizante, que ya sabemos que tiene grandes efectos secundarios en el cerebro en desarrollo de los niños. Os contamos mucho más en el post que hemos escrito sobre los efectos de la radiación electromagnética en los niños, no te lo pierdas.

La radiación Electromagnética y el efecto en los niños
¿Sabías que de los 3 a los 8 años la absorción de radiación es dos veces más profunda que en un adulto?. Los cerebros de los niños absorben más radiación porque tienen una corteza cerebral más fina y una mayor proporción de agua y un cráneo más delgado.
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