Según algunos expertos la mayoría de países europeos no supera el 5% de profesionales varones en educación infantil. Esta situación pone de manifiesto la falta de igualdad en la etapa de educación parvularia/infantil claramente feminizada en la actualidad.
Son pocos los hombres que se atreven a estudiar la carrera/ciclos formativos/cursos en educación infantil y muchos menos los que consiguen un trabajo donde de verdad puedan interactuar directamente con niños y mucho menos con bebés.

La figura masculina en educación infantil es muy positiva para el desarrollo social del niño, ya que deja de ver a la mujer como única responsable de la educación y cuidado de los niños. Los equipos profesionales mixtos contribuyen, a la ruptura de estereotipos basados en la división de funciones según el género, favorece las actitudes respetuosas, no discriminatorias, y la educación en valores.
En Finlandia, el país con el sistema educativo más avanzado, se implantaron prácticas de discriminación positiva que favorecían la incorporación de varones al entorno docente con el objetivo de conseguir que los alumnos contasen con modelos de ambos sexos.
La participación del hombre en este sector afecta directamente a la educación para la igualdad de género de los más pequeños. Fomentar esta la igualdad entre hombres y mujeres desde los primeros niveles educativos y romper con la división sexual del trabajo y los estereotipos sexistas arraigados por la sociedad es uno de los objetivos de Grace Montessori School.

Los niños y niñas aprenden, entre otras formas, a través de la imitación, y a partir de los 2-3 años empiezan a entender las diferencias entre chicos y chicas, a asimilar su identidad de género y a aprender qué cosas son “sólo de chicos”, cuáles “sólo de chicas” y cuáles de ambos.
A lo largo de la historia los trabajos de cuidados han sido realizados principalmente por mujeres en ámbitos como el doméstico, el médico (enfermeras) y el educativo (infantil y primaria sobre todo). A pesar de los grandes avances hacia la igualdad de género, la participación masculina en estos trabajos sigue siendo menor que la de la mujer, especialmente en educación infantil.

El tener referencias de hombres dedicándose a los cuidados en todos los ámbitos ayuda a que los niños y niñas asuman esa co-responsabilidad de manera natural. En Grace Montessori School también tenemos esto en cuenta con los demás referentes marcados por el género que presentamos a las niñas y niños, en cuentos infantiles, anécdotas, historias, dibujos, etcétera. Porque estos detalles influyen en sus aprendizajes, gustos, aspiraciones… y el saber cuidarse y cuidar es necesario para formar personas autónomas, respetuosas y responsables.
Os comparto mi experiencia personal… tras pasar varios años trabajando como profesor de judo mientras estudiaba un grado en matemáticas, encontré mi verdadera vocación, y no eran las matemáticas sino la educación infantil. Así que dejé la carrera y empecé a formarme como educador infantil en un grupo de 28 mujeres y 2 hombres. Conviviendo con mis compañeras se hizo evidente que en su educación las tareas de cuidados habían tenido mucho más peso que en la mía, y ya siendo adulto tuve que ponerme las pilas y empezar a darle la importancia que realmente tienen. Considero que en mi rol como educador infantil es imprescindible enseñar estas tareas necesarias para una vida sana (higiene, limpieza, alimentación saludable, respeto y cuidado a las personas que me rodean…) y transmitir con naturalidad que no deberían ser tareas marcadas por el género. Por mucho que hayamos avanzado en este tema, sigo encontrándome niños que se sorprenden al descubrir que me dedico a cuidar y educar bebés, que les gusta la idea pero ni se les había pasado por la cabeza la posibilidad de que un hombre realice ese trabajo, señal de que aún queda mucho por hacer.
Nacho Gonsálvez, Asistente Montessori en Grace Montessori School
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